Yo era uno de aquellos cazadores, mi forma no era la actual, mi cuerpo estaba completamente cubierto por algo parecido a una armadura de placas, y en la cabeza mi mascara tomaba el aspecto de lo que parecía un yelmo con forma de cabeza de lobo. Caminaba a dos piernas, permitiéndome usar mis manos, mi única arma, en combate.
No hay que subestimar esas armas, se trataba de dos guantes con forma de garra, y ya se habían cobrado cientos de almas.
Nadie cambiaba en aquel frío lugar, sin embargo…ese día en particular había algo raro…en el propio aire. Me alce en mis casi tres metros de estatura, mirando a mi alrededor en busca de “algo”.
Última edición por Duncan Blackheart el Dom Dic 12, 2010 7:20 pm, editado 1 vez