Duncan Blackheart Jue Dic 16, 2010 12:13 am
Off: Un servidor se rinde, la victoria pertenece a Alire.
El golpe fue realizado a un velocidad increíble, la katana se coló entre mis débiles defensas e imanto con toda su fuerza en mi mascara, rompiéndola en miles y miles de pedazos, los cuales se esparcieron, como si la mano de un dios caprichoso los obligara a volar en direcciones aleatorias, y a menudo contradictorias.
La rotura de la mascara dejo a la vista mi rostro, mantenía los rasgos afilados y duros de mi vida humana, sin embargo actualmente estaban transformados por la sorpresa. En mi rostro el cambio más importante era mi pelo, de llevarlo casi corto y ordenado en una coleta como marcaba la tradición había pasado a llevarlo largo y desordenado, casi pasando los hombros.
Poco a poco retrocedí, mi armadura se fue se fue diluyendo con el aire, notaba como mi espíritu desaparecía. Pero eso no fue lo peor, mi fue asaltada por recuerdos, recuerdos de mi etapa como hollow, las atrocidades que había cometido, a los niños y mujeres que había asesinado…me había transformado en un monstruo.
Caí de rodillas al suelo, notaba como el aliento empezaba a faltarme, me sentía desaparecer en la nada, iba a morir en el deshonor, recordado como siempre como un heraldo del terror y la muerte…No.
Mi fuerza de voluntad no flaqueo, no permitiría que esa fuera la huella que dejara en el tiempo, me negué a morir en el deshonor…pero hubo algo más que me ayudo a mantenerme con vida. Fue la visión de mi antigua rival, la mujer con la que había peleado y a la cual debía mi actual libertad de pensamiento. Algo me dijo que con ella podría limpiar mi alma, que con ella podría recuperar mi honor…tal vez sentí algo más hacia esa mujer, pero aún hoy no soy capaz de asegurarlo.
El conjunto de lo ya nombrado consiguió darme fuerzas para superar el trance, sentí como mi cuerpo se ligaba de nuevo a la tierra…me sentí casi vivo…pero débil. No tarda en notar que mis fuerzas flaqueaban, en notar como todo a mi alrededor se volvia oscuro.
“Tu nombre” recordé que ella me lo había preguntado, cuando aún era una bestia.
-Duncan…Blackheart- consegui decir, acto seguido caí sobre la blanca arena del desierto, y cerré los ojos.